¿Tendremos un mundo más sostenible tras el COVID-19?
La llegada del coronavirus y el posterior confinamiento nos ha dejado una lista de innumerables incertidumbres. Es por eso que todos, estos días, nos hacemos la misma pregunta: ¿cómo seremos después del COVID-19? La pregunta la podemos aplicar a todos los sectores y ámbitos que queramos, pero es la misma y responde a la necesidad de obtener determinadas certezas.
Una de estas preguntas gira en torno a la sostenibilidad: ¿tendremos un mundo más sostenible tras el COVID-19? Lo cierto es que hay motivos de sobra para que nuestras predicciones se vayan hacia un lado u otro de la balanza.
A favor de un mundo más sostenible
Confinamiento y emisiones
Algo bueno tenía que tener estar confinados en casa: como ya vimos en su momento, en las últimas semanas han bajado de forma considerable las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y la calidad de nuestro aire ha mejorado innegablemente.
Todos los informes apuntan a que, incluso cuando acabe el confinamiento a lo largo de este verano, los ciudadanos tenderemos a pasar menos tiempo en la calle del que pasábamos antes. Y eso, queramos o no, influirá positivamente en los índices de sostenibilidad presentes y futuros.
Políticas medioambientales
La lucha por obtener un mundo más sostenible no es precisamente nueva. Más allá del confinamiento y el coronavirus, llevamos muchos años en los que las políticas medioambientales y de desarrollo sostenible se van implantando en todos los países. Y ese camino, con coronavirus o sin él, es imparable, con lo que parece lógico pensar que seremos cada vez más sostenibles, sobre todo teniendo en cuenta el surgimiento de diversas tecnologías enfocadas hacia este mismo objetivo.
Menos desplazamientos
El confinamiento nos ha sumergido en una ola de teletrabajo que antes o después caerá. Sin embargo, sería iluso pensar que todos volveremos a trabajar de la misma manera que antes. Aunque el teletrabajo acabe cayendo respecto a estas semanas, está claro que subirá frente a los años anteriores, con lo que el número de desplazamientos hacia el lugar de teletrabajo también descenderá.
En contra de un mundo más sostenible
Vehículo individual
En estas semanas, la mayoría de los ciudadanos hemos intentado evitar los mayores focos de contagio: el transporte público y/o compartido. Si el metro o el tren son potenciales focos, todo apunta a que, cuando todo esto pase, muchas personas preferirán afrontar la totalidad de sus desplazamientos en sus vehículos personales, lo que redundará muy negativamente sobre las emisiones.
Más consumo
Esta situación ha hecho que el consumo externo (bares, restaurantes, comercios…) caiga de manera muy llamativa, a la vez que ha subido el interno (luz, agua, gas…). ¿Y qué pasará cuando acabe el confinamiento? Que, aunque tengamos lógicas precauciones, el consumo externo subirá de manera desorbitada. El interno, por su parte, dependerá del asentamiento del teletrabajo.
Desempleo
Esta crisis sanitaria también se está desarrollando a nivel económico y social. Muchos puestos de trabajo perdidos durante estos meses tardarán un tiempo en ser recuperados, lo que acabará redundando en un mayor o menor empobrecimiento de diversos sectores de la población. Este empobrecimiento ralentizará, y mucho, la posibilidad de que ciertas familias apuesten por soluciones y tecnologías (placas solares, reciclaje, eficiencia energética) que en ocasiones suponen un desembolso económico inicial medianamente elevado.
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